Opinión: Un viejo muchacho al que le cortaron las alas

Es extraño para mí que los sucesos que involucran a José Mujica, el viejo presidente de Uruguay, no sean tema relevante que amerite una debida cobertura o por lo menos un análisis que propicie un espacio de opinión y debate en nuestros masivos y afamados canales de televisión nacional, tal vez a sus juicio Mujica y sus acciones no son tema importante  y menos del agrado de nuestros hermanos colombianos, que prefieren ver a  Pekerman y sus muchachos o a las señoritas del reinado en esa ardua competencia.
Por otra parte en otros países de Latinoamérica y del mundo, José se ha convertido en un personaje influyente, querido y hasta controversial. En medios de comunicación extranjeros ha sido portada de primera página, en canales televisivos se transmiten debates, abren espacios de opinión, han realizado entrevistas alrededor de este personaje, que al verlas  dejan  mucho que pensar de nuestro queridísimo presidente, reconozco inapropiado el hecho de hacer una comparación, pero me atrevo a decir que tendríamos que  ser ciegos o hacernos los ciegos, como es habitual en este país, para pasar  por alto el contraste entre estos dos señores.  
Las acciones y discursos de José han sido tema de discusión y reflexión hasta para mis amigos, ahora imaginemos la influencia que habrá sido para otros medios y gobiernos; Nuestra patria es un país casi excepto y privado de regocijarse con esas palabras que estremecen conciencias y que salen con contundencia de la boca de José. Una Privatización resultado de una apretada agenda de individuos con intereses que además son propietarios de susodichos medios, ellos al parecer no cuentan con la disposición de espacios  en sus  afamadas cadenas  televisivas y de gran programación, para mostrar lo que hace ese tal José;  y a quien le va a importar lo que diga ese viejo y lo que pasa por allá si yo vivo es acá  y ya suficiente tenemos con nuestros problemas y sus métodos de movilización, que lo único que logran es paralizar e impedir el funcionamiento de este país. Deben ser las emocionantes telenovelas con el sabor  glorioso y heroico de nuestras fuerzas armadas,  de capos y  tetas,  que tanto gustan y que no dejan tiempo para el presidente José que hasta aburrido debe ser, con sus pronunciaciones moralistas y sus temas de política.
Es que no hay tiempo, parece no ser importante, José fue un guerrillero y ese aspecto podría generar conmoción, información  poco conveniente en especial para el alcalde Petro, eso podría dañar su imagen e inferir en su proceso de destitución, y él se quiere ir y recibe mi  apoyo, mejor que se vaya porque la capital le quedo grande, los ciudadanos no necesitamos que se gaste la plata en jardines y colegios, lo que necesitamos es más policías con motos y patinetas nuevas de esas que usan los policías gringos, para que puedan hacer su trabajo, ellos sí son avanzados y además muy queridos, nos envían comidita a buen precio, no como los inconscientes vendedores de las plazas de mercado, pero quien será entonces ese tal José, parece no existir por acá. 
José tan gentil  expresó sus mejores deseos al gobierno y a los terroristas que están de vacaciones en la habana, recientemente fotografiados disfrutando del paseo. Para que los diálogos de paz que están llevando a cabo sean todo un éxito y permitan a los colombianos vivir mejor y disque más tranquilos, todo un soñador el viejo. Bueno, ese José me ha hecho reflexionar, hasta le conté de el a mi papá, transformo la cara cuando le hablé de su aprobación a la legalización, cultivo y venta de la marihuana, el matrimonio gay y su declaración como partidario del aborto, pero sé que es una reacción normal en un pueblo con miedo, de costumbres y familias tradicionalistas que pasan su hora del almuerzo  viendo las noticias, las que antes informaban y que ahora encubren, pero que aún fieles siguen viendo. 
La Columnista María Elvira Bonilla se refirió sobre él como un joven de 78 años, austero, tacaño, Humilde, sencillo y audaz, que no tiene pelos en la lengua, usa tenis y no conoce la corbata. Y claro estamos ante un hombre fiel a sus ideas que ha sabido evolucionar.
“Vengo del sur y, como tal, cargo inequívocamente con los millones de compatriotas pobres de América Latina, patria común. Cargo con las culturas originales aplastadas, con los restos del colonialismo en Malvinas, con bloqueos inútiles en Cuba. Cargo con el deber de luchar por una patria para todos y que Colombia pueda encontrar el camino de la paz”
Además “Hoy la lucha armada es una tontería”, ha dicho. Y también: “lo más importante que está pasando en América Latina es la tentativa de construir la paz”. Lo sabe él, que luchó contra una dictadura feroz, que probó la cárcel, que llega al poder casi a los 80 años. Qué bueno que negociadores supieran oírlo y que los medios se lo permitieran a los Colombianos.

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